martes, 18 de enero de 2011

Crítica de la autocrítica

Este título tan redundante es el segundo libro de Mourinho tras Elogio de la egolatría.

Tras quejarse y reclamar insistentemente un nuevo delantero para el Real Madrid, llega el partido contra el Almería: Yo soy muy bueno y no me equivoco nunca, ellos van de últimos, aquí el Barcelona metió ocho... Y no puso ningún delantero centro,cero, nadie en el eje del ataque. En el minuto 53 de partido seguía el empate a cero e introduce el primer cambio ¡Benzema!. El equipo mejora. Pero no hagamos autrocrítica, no queda bien, yo no sé y repito: nunca me equivoco. La culpa de empatar con el colista es de... Pérez Lasa.

Y ahora va Kaká, defiende y pelotea al míster, ataca al compañero débil y al día siguiente el entrenador dice que el francés lleva menos goles que Sergio Ramos o Carvalho. Encima de burro, apaleado. Sigue la guerra en el club blanco.


Mientras, el eterno rival acaba la primera vuelta campeón de invierno con 52 puntos, 61 goles y ¡+50! en la diferencia de goles, todos ellos records históricos en la mitad de la liga. En cualquiera de ellos o en todos juntos cabrían los signos de admiración, correcta la palabra.

Pero si quieren distraerse de todo esto, deben ver el gol que Roberto Carlos (Corinthians) anotó anteayer 16 contra la Portuguesa, ¡olímpico!. Gracias.

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